Absalón fue un personaje bíblico del Antiguo Testamento. Según el relato bíblico, Absalón era el tercer hijo del rey David de Israel y se destacaba por su exuberante cabello largo y su atractiva apariencia.
A lo largo de su vida, Absalón demostró tener habilidades en la política y una ambición desmedida por el poder. Su padre, el rey David, lo favorecía y Absalón se convirtió en un líder popular entre el pueblo de Israel. Sin embargo, su relación con su padre se deterioró cuando Absalón comenzó a conspirar para usurpar el trono.
Absalón logró obtener el apoyo de gran parte de la población, y durante un tiempo, se estableció en la ciudad de Hebrón, donde se autoproclamó rey. Esto llevó a una guerra civil entre los partidarios de Absalón y los leales al rey David.
Sin embargo, la rebelión de Absalón fracasó y fue derrotado en la batalla de Bosorá. Durante la batalla, su largo cabello quedó atrapado en las ramas de un árbol, lo que permitió que los hombres del rey David lo alcanzaran y lo mataran.
La muerte de Absalón causó gran dolor a su padre, a pesar de su rebelión. El rey David pronunció la famosa frase "¡Oh Absalón, hijo mío!" cuando se enteró de la noticia de su muerte.
La historia de Absalón se encuentra en el Segundo Libro de Samuel en la Biblia y ofrece un ejemplo de las consecuencias de la ambición desenfrenada y la traición dentro de una familia real.
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