La receptación es un delito que consiste en adquirir, poseer, u ocultar bienes provenientes de un delito, sabiendo que estos son fruto de una actividad ilícita. En otras palabras, se trata de recibir o adquirir productos de origen ilegal con el conocimiento de que han sido obtenidos de manera ilícita.
La receptación es considerada un delito en la mayoría de los países, ya que colabora con la impunidad de los delincuentes al permitirles beneficiarse de los bienes obtenidos de manera ilegal. Este delito puede castigarse con penas de prisión, multas, o ambas, dependiendo de la legislación de cada país.
Para que se configure el delito de receptación, es necesario que la persona que adquiere los bienes ilegales tenga conocimiento o sospeche razonablemente que estos provienen de un delito. Además, la receptación puede aplicarse no solo a bienes materiales, sino también a otros tipos de bienes, como por ejemplo información confidencial o secretos industriales.
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