El ictiosaurio fue un reptil marino que vivió durante el período Triásico, hace aproximadamente entre 250 y 90 millones de años. Fueron los reptiles marinos más abundantes y diversos de su tiempo.
Los ictiosaurios tenían una apariencia similar a los delfines, con cuerpos alargados, aletas y una cabeza puntiaguda. Algunas especies podían llegar a medir hasta 20 metros de longitud, convirtiéndolos en uno de los reptiles más grandes que jamás haya existido.
Estos reptiles eran nadadores rápidos y ágiles, y se cree que eran depredadores oportunistas, alimentándose de peces, calamares y otros animales marinos. Su adaptación al medio acuático se reflejaba en sus aletas en forma de remo y espinas dorsales flexibles, que les permitían moverse con facilidad en el agua.
Los ictiosaurios también tenían una buena visión y se cree que eran animales sociales, que vivían en grupos y se comunicaban mediante vocalizaciones. Algunas especies incluso fueron capaces de dar a luz a crías vivas en lugar de poner huevos.
Aunque los ictiosaurios fueron exitosos durante varios millones de años, finalmente se extinguieron hace alrededor de 90 millones de años, al final del período Cretácico. Se cree que su extinción se debió a cambios en el ambiente marino y la competencia con otros grupos de reptiles marinos, como los plesiosaurios.
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