Los geckos son un grupo diverso de lagartos pertenecientes a la familia Gekkonidae. Existen alrededor de 1,500 especies de geckos que se pueden encontrar en todo el mundo, excepto en la Antártida. Son especialmente abundantes en climas tropicales y subtropicales.
Los geckos presentan una serie de características distintivas. La mayoría de las especies tienen dedos especializados con almohadillas adhesivas que les permiten escalar superficies verticalmente, incluso cabeza abajo. Estas almohadillas adhesivas están formadas por millones de pelos microscópicos llamados setas, que se adhieren a las superficies a través de fuerzas de Van der Waals. Esto les permite moverse fácilmente por paredes, techos y ramas de manera ágil y rápida.
Además de su capacidad de escalada, los geckos también se caracterizan por sus ojos grandes y salientes, que les proporcionan una visión aguda y una excelente capacidad para detectar movimientos. Muchas especies también tienen una lengua larga y pegajosa que utilizan para capturar insectos y otros pequeños animales.
Los geckos son generalmente de tamaño pequeño a mediano, con longitudes que van desde unos pocos centímetros hasta unos pocos centímetros. Sin embargo, algunas especies pueden crecer hasta alcanzar tamaños más grandes, como el gecko gigante de Nueva Caledonia, que puede alcanzar los 60 centímetros de longitud.
La dieta de los geckos es principalmente insectívora, aunque algunas especies también pueden alimentarse de frutas, néctar y pequeños vertebrados. Son animales nocturnos, lo que significa que están más activos durante la noche y descansan durante el día en refugios protegidos, como cuevas, grietas o bajo la corteza de los árboles.
En términos de reproducción, la mayoría de las especies de geckos son ovíparas, es decir, ponen huevos. Sin embargo, hay algunas excepciones, como el gecko leopardo que da a luz a crías vivas. Los geckos son conocidos por su capacidad para regenerar colas perdidas, que pueden volver a crecer completamente en poco tiempo.
En general, los geckos son animales populares como mascotas debido a su apariencia y comportamiento únicos. Requieren cuidados básicos como un terrario adecuado con calefacción y humedad adecuadas, y una dieta equilibrada. Sin embargo, es importante investigar y comprender las necesidades específicas de cada especie antes de adquirir un gecko como mascota.
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