El clavel, cuyo nombre científico es Dianthus caryophyllus, es una planta ornamental originaria de la región mediterránea. Pertenece a la familia de las Caryophyllaceae y se caracteriza por sus flores fragantes y coloridas.
El clavel es una planta perenne que puede alcanzar una altura de hasta 40 centímetros. Tiene tallos erectos y hojas estrechas y alargadas. Sus flores son solitarias o agrupadas en inflorescencias y tienen una amplia gama de colores, incluyendo blanco, rosa, rojo, amarillo, naranja y púrpura. Algunas variedades de clavel también tienen flores con pétalos bicolor, con franjas o con bordes de diferentes tonalidades.
Esta planta es muy apreciada por su aroma dulce y picante, que varía en intensidad dependiendo de la variedad. Además de su belleza ornamental, el clavel también se utiliza en la industria de la perfumería y como flor de corte para arreglos florales.
El clavel prefiere suelos bien drenados y fértiles, y necesita exposición al sol para crecer de manera óptima. Es resistente en climas cálidos y tolera temperaturas frías moderadas. Aunque es relativamente resistente a enfermedades y plagas, puede verse afectado por hongos o pulgones en ciertas condiciones.
La propagación del clavel se puede realizar a través de semillas, esquejes o división de matas. Se recomienda plantarlos en primavera para que florezcan en verano y otoño.
En resumen, el clavel es una planta ornamental de flores fragantes y coloridas que es apreciada por su belleza y aroma. Es una planta resistente y fácil de cultivar, lo que la convierte en una opción popular para jardines y arreglos florales.
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