¿Qué es brutalismo?

El Brutalismo es un estilo arquitectónico que emergió en la década de 1950 y floreció entre las décadas de 1960 y 1970. Se caracteriza principalmente por su énfasis en el uso de hormigón béton brut ("hormigón crudo" en francés), a menudo dejando a la vista la textura y las imperfecciones del encofrado.

Características clave del Brutalismo:

  • Hormigón Visto: Esta es quizás la característica más distintiva. El hormigón se utiliza sin adornos, mostrando su textura y a menudo las marcas del encofrado. Ver: Hormigón%20Visto
  • Formas Geométricas Repetitivas: Se utilizan bloques y formas geométricas simples para crear diseños a menudo masivos y monumentales. Ver: Formas%20Geométricas
  • Funcionalidad: El Brutalismo a menudo prioriza la función sobre la estética. La estructura del edificio suele estar directamente relacionada con su propósito. Ver: Funcionalidad%20en%20Arquitectura
  • Horizontalidad y Verticalidad: Una fuerte presencia de líneas horizontales y verticales, a menudo creando un efecto de apilamiento de bloques.
  • Escasez de Adornos: El Brutalismo evita los adornos innecesarios, enfocándose en la estructura y los materiales en sí mismos.
  • Monumentalidad: Muchos edificios brutalistas son de gran escala y están diseñados para impresionar e inspirar. Ver: Monumentalidad%20Arquitectónica

El término "Brutalismo" no implica necesariamente que los edificios sean "brutales" en un sentido negativo, sino que se refiere a la honestidad y la franqueza de los materiales y la estructura.

El Brutalismo fue influenciado por el trabajo de arquitectos como Le Corbusier, particularmente su proyecto Unité d'Habitation en Marsella. Sin embargo, el Brutalismo se convirtió en un movimiento independiente con su propia estética distintiva.

Aunque originalmente asociado con ideales socialistas y el deseo de construir viviendas asequibles y funcionales, el Brutalismo también fue adoptado para edificios gubernamentales, universidades y centros culturales.

El estilo comenzó a declinar en popularidad en la década de 1980, siendo criticado por ser frío, impersonal y, a veces, incluso hostil. Sin embargo, en los últimos años ha habido un resurgimiento del interés por el Brutalismo, con muchos edificios siendo rehabilitados y apreciados por su valor histórico y arquitectónico único. Ver: Resurgimiento%20Brutalismo