Un obispo es un sacerdote de alto rango en la jerarquía de la Iglesia Católica, que generalmente está a cargo de una diócesis o región específica. Los obispos son responsables de supervisar a los sacerdotes y fieles en su diócesis, administrar los sacramentos, enseñar la doctrina de la Iglesia y mantener la unidad y la disciplina eclesiástica.
Los obispos son ordenados a través de un sacramento llamado ordenación episcopal, que les confiere el poder de gobernar, enseñar y santificar en nombre de la Iglesia. En la Iglesia Católica, los obispos son considerados sucesores de los Apóstoles, ya que Jesús eligió a los Doce Apóstoles para ser los líderes de su Iglesia.
Además de sus responsabilidades pastorales, los obispos también desempeñan un papel importante en la toma de decisiones en la Iglesia a nivel regional y nacional, participando en sínodos y concilios donde se discuten y se toman decisiones sobre cuestiones doctrinales y pastorales. Los obispos también son responsables de nombrar y supervisar a los sacerdotes en sus diócesis, así como de administrar los bienes materiales de la Iglesia.
En resumen, los obispos desempeñan un papel crucial en la vida y la organización de la Iglesia Católica, actuando como líderes espirituales y pastorales en sus comunidades locales y como miembros de la jerarquía eclesiástica más amplia.
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