La reparcelación es un proceso legal y urbanístico que se lleva a cabo en áreas urbanas o urbanizables para redistribuir las parcelas existentes con el objetivo de mejorar el aprovechamiento y la distribución del suelo.
Este proceso de redistribución suele ser necesario cuando se pretende llevar a cabo un desarrollo o proyecto urbano que requiere una reorganización de las parcelas existentes. Por ejemplo, se puede llevar a cabo cuando se va a construir una nueva carretera, una urbanización o un nuevo conjunto de viviendas.
En la reparcelación, se establece un nuevo reparto de las parcelas existentes, teniendo en cuenta factores como el tamaño y la forma de las parcelas, las necesidades de los propietarios, las infraestructuras existentes y los requerimientos urbanísticos del proyecto en cuestión.
Este proceso implica una serie de pasos y trámites legales, que incluyen acuerdos entre los propietarios de las parcelas y las autoridades urbanísticas correspondientes. Además, se debe llevar a cabo una valoración de las parcelas y establecer una compensación económica o en forma de nuevas parcelas a cada propietario, según corresponda.
La reparcelación puede ser llevada a cabo tanto por iniciativa privada como por iniciativa pública. En el caso de iniciativa pública, suele ser realizada por los ayuntamientos o entidades públicas encargadas de la planificación y gestión urbanística, con el fin de llevar a cabo proyectos de interés general.
En resumen, la reparcelación es un proceso legal y urbanístico que permite la redistribución de las parcelas existentes en una determinada zona, con el objetivo de mejorar el aprovechamiento y la distribución del suelo para llevar a cabo proyectos urbanos o de desarrollo.
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