Un lararium era un altar doméstico romano dedicado a los lares, que eran dioses del hogar y de la familia en la religión romana. Estos altares solían ubicarse en las casas romanas y eran lugares sagrados donde se hacían ofrendas y se rendía culto a los lares.
Los lares eran considerados protectores de la familia y del hogar, y se les ofrecían libaciones de vino, alimentos y flores como signo de respeto y devoción. Los romanos creían que mantener un lararium en la casa era importante para mantener la armonía y la protección de la familia.
Los lararium podían variar en tamaño y elaboración, desde simples altares de piedra hasta estructuras más elaboradas decoradas con imágenes de los lares y otros dioses domésticos. Estaban generalmente ubicados en un lugar prominente de la casa, como en el atrio o en el jardín, y eran cuidados y mantenidos regularmente por los miembros de la familia.
Aunque la religión romana ha caído en desuso, todavía se pueden encontrar lararium en algunas casas romanas restauradas o reconstruidas, así como en museos que exhiben artefactos relacionados con la antigua religión romana.
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