El gotele es un tipo de acabado de pared que se caracteriza por tener una textura granulada y rugosa. Se aplica mediante la aplicación de una pasta especial que se hace con agua y polvo de yeso o algún otro tipo de aditivo. Una vez aplicado, se utiliza una brocha o espátula para crear el patrón de textura deseado.
El gotele se popularizó en la década de 1960 y 1970 como una forma económica de ocultar imperfecciones en las paredes y techos. Además, también es utilizado como una forma de estilo decorativo que le da un aspecto rústico o vintage a los espacios.
Aunque el gotele ha sido ampliamente utilizado en el pasado, en la actualidad su popularidad ha disminuido y en muchos casos se opta por otros acabados más lisos y modernos, como el enlucido de yeso o el estuco veneciano.
Una desventaja del gotele es que puede acumular polvo y suciedad en las irregularidades de la textura, lo que dificulta su limpieza. Además, si se desea cambiar el acabado de las paredes en el futuro, puede resultar costoso y difícil de eliminar completamente el gotele.
Sin embargo, el gotele todavía se puede encontrar en muchos hogares antiguos y es una opción viable para aquellos que buscan un acabado texturizado y con carácter en sus paredes.
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