Los gladiolos (Gladiolus) son plantas perennes de la familia Iridaceae, nativas de África y Europa. Son apreciadas por sus vistosas flores en forma de espiga, que pueden ser de diversos colores como rojo, amarillo, blanco, rosa, púrpura y naranja. Se cultivan tanto en jardines como en interiores.
Estas plantas crecen a partir de bulbos que se plantan en primavera en suelo bien drenado y rico en nutrientes. Necesitan bastante luz solar y riego moderado, evitando encharcamientos que podrían pudrir los bulbos.
Los gladiolos pueden alcanzar alturas de 60 a 150 cm, dependiendo de la variedad. Florecen en verano y producen múltiples flores en cada tallo, lo que las hace ideales para arreglos florales. También son muy populares para la decoración de bodas y otras celebraciones.
Es importante mencionar que los gladiolos son tóxicos para humanos y mascotas si son ingeridos, por lo que se debe tener precaución al manipularlos. También es recomendable apoyar sus tallos con tutores para evitar que se doblen con el peso de las flores.
En resumen, los gladiolos son plantas fáciles de cultivar, muy ornamentales y versátiles, adecuadas para añadir color y elegancia a cualquier jardín o arreglo floral.
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