Una gárgola es una figura escultórica que generalmente se encuentra en la arquitectura medieval, especialmente en las catedrales góticas. Estas figuras suelen ser gárgolas decorativas ubicadas en los bordes o cornisas de los edificios, principalmente en los desagües de agua de los tejados.
Las gárgolas cumplen una doble función, además de su aspecto decorativo, también tienen un propósito funcional. Están diseñadas para dirigir el agua de lluvia lejos de las paredes del edificio y evitar daños en la estructura. Esto se logra a través de un sistema de canalización interno en la estatua, por donde el agua es conducida a través de la boca de la gárgola y expulsada lejos de la construcción.
Estas figuras suelen tener formas grotescas y fantásticas, representando seres míticos, animales, demonios u otros elementos fantásticos. Además de su función funcional, las gárgolas también tienen un simbolismo en la arquitectura medieval, representando la lucha entre el bien y el mal, la protección contra los espíritus malignos y la representación de la naturaleza caótica y salvaje del mundo exterior.
Las gárgolas son consideradas como una forma de arte y han sido apreciadas por su belleza y detalle. También se han convertido en símbolos emblemáticos de la arquitectura medieval y son ampliamente reconocidas y admiradas en la actualidad.
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