Un comedón es un tipo de lesión en la piel que se produce cuando los poros se obstruyen con sebo y células muertas de la piel. Hay dos tipos de comedones: los comedones abiertos, que son más superficiales y tienen una pequeña apertura en la parte superior de la piel, y los comedones cerrados, que están más profundos y no tienen una abertura en la superficie de la piel.
Los comedones suelen aparecer en áreas de la piel con mayor cantidad de folículos pilosos y glándulas sebáceas, como la cara, el cuello, el pecho y la espalda. Pueden ser causados por una sobreproducción de sebo, una acumulación de células muertas de la piel en los folículos pilosos, la irritación de la piel o el uso de productos para la piel que obstruyen los poros.
Los comedones no suelen ser dolorosos, pero pueden ser antiestéticos y causar incomodidad en algunas personas. Se pueden tratar con medicamentos tópicos, procedimientos estéticos como la extracción de comedones o la exfoliación química, y cambios en la dieta y en los hábitos de cuidado de la piel.
Es importante no exprimir los comedones, ya que esto puede empeorar la inflamación y provocar infecciones en la piel. Si los comedones persisten o empeoran, es recomendable consultar a un dermatólogo para recibir un tratamiento adecuado.
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